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El periodismo nicaragüense sobrevive entre el exilio, la censura y el miedo, advierte la SIP

El periodismo nicaragüense atraviesa uno de sus momentos más críticos, marcado por la censura, el exilio forzado y un clima de temor que se ha extendido dentro y fuera del país, advirtió la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

En su más reciente informe, presentado durante la 81 Asamblea Anual celebrada en Punta Cana, esa organización alertó que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo mantiene una “represión total” contra la prensa independiente, mediante campañas de estigmatización, cierre de medios, agresiones digitales y restricciones migratorias a periodistas y creadores de contenido.

De acuerdo con la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED), citada por la SIP, entre enero y junio de este año se documentaron 40 casos de violaciones a la libertad de prensa, evidenciando “el interés del régimen de generar un clima de comunicación controlado”.

Asesinato de Samcam eleva el temor en el exilio

La SIP destacó el impacto del asesinato del exmilitar y analista político Roberto Samcam, ocurrido el 19 de junio en Costa Rica, como un punto de inflexión en la percepción de riesgo entre los periodistas nicaragüenses exiliados.

La entidad señaló que las líneas de investigación “no descartan la posibilidad de que el crimen fuera orquestado por el régimen Ortega-Murillo”, lo que ha llevado a algunos comunicadores a gestionar su reubicación en países más seguros como España.

Desde el atentado, periodistas nicaragüenses en Costa Rica han reforzado sus medidas de seguridad, limitado su exposición pública y reducido su actividad en redes sociales, según el informe.

Vigilancia, censura y miedo digital

La SIP indicó que el 70 % de los casos de agresiones contra periodistas ocurrieron en el ámbito digital, en un contexto donde la presencia física del periodismo independiente dentro de Nicaragua “ha sido casi desmantelada”.

Las campañas de difamación y vigilancia en redes, impulsadas desde cuentas vinculadas al oficialismo, buscan “erosionar la credibilidad de los medios independientes y sembrar desconfianza en el público”, añade el reporte.

Además, el régimen intensificó su ofensiva contra youtubers y creadores de contenido, incluyendo casos de retención, vigilancia, deportación y prohibición de ingreso a Nicaragua.

Entre abril y septiembre se registraron al menos siete incidentes de este tipo, entre ellos el del youtuber sudafricano Kurt Caz, retenido cuatro horas en Managua; el del peruano Andy Tirado, hostigado en frontera; y el del argentino Federico Skrbec, deportado en septiembre.

También se reportaron negativas de ingreso a periodistas y ciudadanos de doble nacionalidad, como el nicaragüense-estadounidense A.R., retenido en el aeropuerto de Managua y obligado a regresar a EE. UU. sin explicación.

Un país sin prensa libre

Desde 2018, el régimen de Ortega y Murillo ha cerrado al menos 54 medios de comunicación, incluyendo los diarios La PrensaConfidencial100% Noticias y La Trinchera de la Noticia, varios de ellos allanados y confiscados.

En el mismo período, más de 300 trabajadores de medios —en su mayoría periodistas— han huido o sido desterrados por razones de seguridad.

La SIP alertó además que el régimen desplegó una campaña más agresiva de estigmatización contra la prensa independiente, usando a sus portavoces para acusar a los periodistas de ser “enemigos del pueblo” o “sicarios mediáticos”.

Estas campañas, combinadas con el acoso judicial y la vigilancia permanente, han reforzado la autocensura y debilitado el ecosistema informativo.

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