El régimen de Ortega-Murillo, entregó muerto este lunes 25 de agosto al preso político Mauricio Alonso.
Alonso, había sido detenido el 17 de julio, cuando encapuchados irrumpieron en su vivienda en Carazo, en medio de las redadas previas a la conmemoración del 19 de julio. En esa ocasión también fueron capturados su esposa e hijo. La mujer fue liberada el mismo día, pero él y su hijo permanecieron bajo custodia.
El Instituto Segovia para el Liderazgo y la Transformación Social en el Exilio, denunció que, desde la detención, los familiares de Alonso lo buscaron en cárceles y hospitales del país, sin obtener ninguna información sobre su paradero.
Fue hasta este lunes 25 de agosto, cuando recibieron una llamada del Instituto de Medicina Legal, informándoles que les entregarían su cuerpo sin vida.
Fuentes cercanas a la familia, confirmaron la llamada y detallaron que la viuda, junto a otros parientes, tuvo que trasladarse a Managua para reclamar el cadáver.
Además, la dictadura ordenó un entierro exprés en Jinotepe, bajo custodia policial. Alonso fue el último presidente del antiguo Movimiento Renovador Sandinista en Carazo hoy Unamos.