El ingeniero Ernesto Martínez Tíffer, representante de la estatal Empresa Nicaragüense de Electricidad, llegó sin previo aviso a la Planta Geotérmica Momotombo, en el occidente del país, para consumar la toma de sus instalaciones.
La medida llega tras la cancelación de la concesión que, desde 2013, estaba en manos de inversionistas privados. Esta decisión se ejecutó a finales de julio de 2025, pocos días después del arresto de Álvaro Baltodano Monroy, empresario con nacionalidad nicaragüense y mexicana, acusado en un caso que ha sacudido a las élites económicas y políticas.
Baltodano Monroy es hijo del general en retiro Álvaro Baltodano Cantarero —condenado en junio a 20 años de prisión por “traición a la patria”— y sobrino del inversionista mexicano Pablo Monroy, parte del grupo que asumió la concesión tras la salida de los israelitas del Grupo Ormat.La toma de Momotombo deja claro: en Nicaragua, el control de la energía vuelve a manos del Estado, pero en medio de fuertes tensiones políticas y empresariales