El presidente Donald Trump firmó el jueves un decreto que impone aranceles más altos a decenas de países para reestructurar el comercio mundial en beneficio de Estados Unidos. A Nicaragua le corresponde uno de los más elevados de América Latina.
A partir del 7 de agosto, todas las exportaciones de Nicaragua hacia Estados Unidos serán gravadas con un arancel del 18%, el más alto impuesto a cualquier país centroamericano bajo la nueva política comercial del presidente Donald Trump, según informó el medio Despacho 505. La medida marca el fin del plazo de gracia otorgado por Washington, y coloca a Nicaragua en una posición desventajosa frente a sus vecinos, cuyas tarifas se mantienen en un promedio del 10%.
La Casa Blanca justificó la tarifa elevada contra Nicaragua por “desequilibrios comerciales significativos” y una relación política deteriorada con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Según la administración republicana, Managua aplica hasta un 36 % de cargas combinadas (aranceles, subsidios y trabas burocráticas) a productos estadounidenses, lo que motivó esta medida como un acto de reciprocidad comercial.
Mientras Guatemala, Honduras, El Salvador y Costa Rica negociaron acuerdos básicos o fueron incluidos automáticamente en el esquema estándar del 10 %, Nicaragua fue tratada como un caso excepcional, sin que mediara un proceso público de diálogo ni ofrecimientos concretos por parte del régimen sandinista para mitigar el impacto económico.