En una declaración cargada de esperanza y fidelidad, con cuatro de sus obispos desterrados, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) ha expresado su “comunión, respeto y obediencia filial” al recién electo Papa León XIV, en un momento crítico para la Iglesia Católica en el país, marcada por la represión y el exilio forzado de numerosos sacerdotes y obispos.
“Los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua junto al pueblo católico de nuestra Provincia Eclesiástica nos llenamos de gozo por la elección del Papa León XIV”, expresó la CEN en su comunicado oficial, celebrando al nuevo pontífice como el 267° sucesor de San Pedro.
La nota añade: “Damos gracias a Dios porque nos ha regalado un nuevo Pastor y pedimos le conceda un corazón manso y humilde como el de Jesucristo”, suscribieron los obispos en un documento que, a diferencia de otras ocasiones, solo posee el sello de la CEN y no contiene las firmas de los purpurados.
El gesto de fidelidad adquiere un peso particular en el contexto nicaragüense actual, donde la Iglesia ha sido uno de los blancos principales del régimen de Daniel Ortega. Más de 80 religiosos han sido obligados al exilio, templos han sido profanados o confiscados, y la libertad de culto ha sido seriamente restringida en diversas regiones del país.
En este escenario, los obispos encomiendan al nuevo Papa “bajo la protección amorosa de la Purísima Concepción de María”, pidiendo que su pontificado sea un tiempo de unidad, fe y paz: “para que en su pontificado pueda siempre confirmarnos en la fe, guiado por el Espíritu Santo que le constituye en signo y fundamento de unidad, fraternidad y paz”, citan, evocando las primeras palabras del Papa León XIV como obispo de Roma.